sábado, 23 de marzo de 2013

RESTAURACIÓN DE PINTURA DE CABALLETE. Problemas con un ilustre militar francés, obra de José Palomar.

Desde 1996 he venido realizando intervenciones en cuadros de diferentes formatos y técnicas, en los que me he enfrentado a múltiples problemas. Algunos de esas experiencias os las iré mostrando en el blog, pero sin duda la más espectacular ha sido mi última intervención en pintura de caballete. Un óleo sobre lienzo del autor sevillano José Palomar, conocido en el ámbito del coleccionismo y del mercado de copias en la Sevilla del segundo cuarto del siglo XX.
                        
Ya en 2002 tuve la oportunidad de conocer a este autor durante la restauración de una de sus escenas costumbristas al óleo, propiedad de un conocido restaurante sevillano, que os mostraré en otra entrega. Parece que José Palomar tuvo entre sus clientes los mejores hosteleros de la ciudad, pues en 2013 llegó a mis manos otro de sus cuadros, el retrato de un militar ilustre, propiedad de otro conocido establecimiento del centro histórico. 
Se me encomendó entonces una primera restauración que no presentaba mucha complejidad. Tenía un levantamiento localizado sobre el hombro izquierdo del personaje, visualmente aparatoso y con cierta pérdida de material pictórico, que fue tratado puntualmente mediante fijación y reintegración. Ya en esa intervención  me encontré con una capa de pintura gruesa, impermeable y quebradiza sin apenas adherencia sobre un estrato de preparación roja. Aunque con dificultad, fue fijada y el problema fue solucionado.
Ante la necesidad de aquella reintegración de capa pictórica, se propuso también la realización de una limpieza de barniz que se presentaba muy oscurecido y desvirtuaba la coloración original. Al eliminar capas de barnices, se destapó también una restauración previa anteriormente realizada, no muy rigurosa, con enmascaramientos y repintes que tuve que eliminar. La obra recobró su color y aspecto original tras la reintegración de la parte perdida. Problema aparentemente solucionado.
Dos años después, el propietario de la obra vuelve a contactarme, con un problema agravado. El cuadro, tras la caída de la pared donde permaneció expuesto tras mi trabajo, había sufrido daños muy graves de levantamientos de la capa pictórica, exceptuando la zona que fue restaurada que había sido fijada. Estaba claro que el levantamiento puntual que presentaba cuando en origen llegó a mis manos, era el comienzo de un grave problema de disgregación del adhesivo en los estratos que llevó a pérdida de adherencia entre los mismos y serios riesgos de desprendimientos.El golpe accidental solo fue el detonante del desastre que se  muestra en la foto de abajo.
Cuando una vez protegido el anverso de la obra,  analicé el soporte textil por su reverso, detecté que el tejido contenía trazas de engrudo de un reentelado efectuado en una restauración  anterior que ya había sido eliminado cuando en el 2013 llegó a mis manos, no se sabe en qué momento, ni por qué motivo...Bien por incompatibilidad de materiales, por pérdida de funcionalidad de los adhesivos o por un sometimiento excesivo a tensión o carga  física sobre los estratos en el momento de la retirada del tejido auxiliar, es muy probable que aquel reentelado afectara de manera directa o indirectamente al deterioro progresivo de la obra. 

Tras una suave limpieza mecánica de la fibra del tejido, finalmente se probé la eficacia de la posible aplicación de otro tratamiento similar como medio de cohesión de la obra y se descartó el reentelado por incompatibilidad. Finalmente se optó por una fijación generalizada mediante impregnación desde el reverso y por inyección de una emulsión acrílica entre soporte y capa pictórica,desde el anverso, una operación tremendamente lenta y dificultosa, pero con eficaz resultado.

Las lagunas resultantes de este segundo accidente, mas abundantes y mayores, en esta fase se reintegraron en volumetría mediante un estuco natural de coleta orgánica y sulfato cálcico, aplicado a espátula,enrasado mediante bisturí y pulido con esponja abrasiva. Cromáticamente, se reintegró mediante el procedimiento habitual de acuarela y  tras barnizado, el retoque para ajuste de tono con pigmento al barniz . Toda la reintegración se efectuó mediante "regato" como criterio diferenciador.

El resultado ha sido bastante satisfactorio, confiando en no tener que realizar ninguna intervención mas. 

Inmaculada Pardo
Técnico conservador-restaurador. 


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